martes, 16 de marzo de 2010

Carta a donde estés. Una vida a medias, una media vida.
Cada recuerdo y esa mirada que se clava en mí cabeza aunque tu ya no estés aquí.
La forma en que esperabas a que nos fueramos todos para poner las peliculas de indios y vaqueros que tanto te gustaban y que a mi me aburrían. Esa gorra que siempre llevabas. Creo que nunca te ví sin ella.
La carterilla desgastada, la de siempre, que sacabas del bolsillo, y de la que salían 20 duros cada vez que pasabamos por delante de la paraeta, como tu la llamabas.
Hay tantos recuerdos de tí en mi niñez, los únicos años que estuve contigo, que no se cual de todos guardarme.
Pero si algo tengo claro, es que te despedí de la mejor forma que pude. De la mejor forma que supe. Que te quiero, que eres mi abuelo, y eso nadie me lo quita. Mi abuelito como yo siempre te llamaba.
Que has marcado mi vida para siempre, y ayer fue el día mas emocionante que puedo recordar. Ver toda la gente que te quería, que pasaba contigo día a día, y saber que ya nunca podré retomar todos los años perdidos, sin saber de tí, sin que sepas como soy.
Siempre contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario